Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, es crucial prestar atención a un fenómeno que se vuelve cada vez más común: los golpes de calor. Especialistas del Hospital de Clínicas hacen recomendaciones para evitar un mal momento entre olas de calor, temperaturas máximas atípicas y climas cambiantes.
EL CLÍNICAS Y LAS ALTAS TEMPERATURAS
Buscar lugares frescos, con espacios verdes, evitar horarios donde el sol es más fuerte y llevar una alimentación e hidratación adecuadas son algunas de las recomendaciones para no sufrir un problema de salud común en los primeros calores fuertes de la temporada primavera-verano.
La intensificación y frecuencia de las olas de calor representan un riesgo significativo para la salud, especialmente entre los segmentos más vulnerables de la población, como los niños menores de un año y los adultos mayores de 65 años. "Los golpes de calor ocurren cuando el cuerpo no puede regular su temperatura, lo que resulta en un incremento peligroso de la misma, a menudo superior a los 40 grados centígrados", explica el Dr. José Stringa, Médico de Planta de la V Cátedra - Departamento Medicina Interna del Hospital de Clínicas (MN 137.606). Este aumento en la temperatura corporal puede tener consecuencias fatales si no se actúa rápidamente.
Las manifestaciones del golpe de calor son diversas: se pueden presentar temperatura corporal elevada, cansancio extremo, náuseas, vómitos, confusión, y en algunos casos, pérdida de la conciencia. "Los grupos más en riesgo son los ancianos y los pequeños, quienes tienen dificultades para mantener una adecuada hidratación", aclara el Dr. Stringa. La falta de sensación de sed, especialmente en personas mayores, contribuye a una disminución crítica de líquidos en el organismo, lo que agrava la situación.
“Los dos grupos a los que se debe estar atentos frente a estos primeros calores fuertes son los niños y las personas grandes. Las personas mayores suelen no tener sensación de sed, y pasa lo mismo con los bebés, que además en ocasiones no tienen acceso a hidratarse. También impacta más en pacientes con enfermedades cardiovasculares, diabetes u otras predisponentes. El resto de las personas habitualmente se sienten mal, tienen mucho calor, pierden líquido y se sienten cansadas. Eso es un paso previo al golpe de calor”, comenta Stringa.
¿Cómo actuar frente a un golpe de calor? “En personas jóvenes, se les debe dar líquidos: la hidratación no debe hacerse solo con agua, es recomendable agregar bebidas con sales, o un jugo de fruta y después enfriar el cuerpo. En el caso de las personas mayores y los bebés deben estar en condiciones frescas, con agua suficiente. Si comienzan a transpirar mucho, o están demasiado tranquilos o tienen sed hay que ofrecer líquidos. Y si se quedan dormidos o se desmayan hay que dar aviso al médico y/o activar el Sistema de Salud” agrega el especialista.
Para evitar golpes de calor, el Dr. Stringa recomienda seguir estas pautas:
En caso de presentar síntomas de golpe de calor, como mareos y pérdida de la conciencia, es fundamental trasladar a la persona afectada a un lugar fresco y buscar atención médica inmediata. "La rapidez en la intervención puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida y complicaciones graves", concluye el Dr. Stringa.
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