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Cecilia Grierson. Una mujer adelantada

miércoles 22 de noviembre de 2023

Fue la primera médica argentina. Allá por 1889, a Cecilia Grierson no le fue fácil convivir en un mundo de hombres, tanto es así, que nunca logró ser jefa de cátedra ni de sala por su condición de mujer. Sin embargo, logró destacarse como docente. Fundó la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios y la primera escuela de enfermeras de Sud América, entre otras cosas. 

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Cecilia Grierson en pleno trabajo

Cecilia Grierson fue la primera médica argentina. Allá por 1889 no le fue fácil convivir en un mundo de hombres, tanto es así, que nunca logró ser jefa de cátedra ni de sala por su condición de mujer. Sin embargo, logró destacarse como docente, fundó la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios y la primera escuela de enfermeras de Sud América, entre otras cosas.

Cecilia Grierson nació un 22 de noviembre de 1859 y se graduó de médica en la Universidad de Buenos Aires el 2 de julio de 1889, cuando tenía 30 años. Su tesis doctoral trató sobre “Histerio-ovarotomías ejecutadas en el Hospital de Mujeres, desde 1883 a 1889”. Desde entonces y durante toda su vida, se iba a interesar por las mujeres en todos los planos.

Había nacido en la provincia de Entre Ríos. En 1878, se recibió de maestra, ejerció durante algunos años, pero se decidió por la Medicina, entre otras cuestiones prácticas por la enfermedad de una amiga: “Tenía una amiga, distinguida condiscípula, noble espíritu, cuyo organismo se ha­llaba minado por una lenta enfermedad. Creía que podría salvarla poseyendo los conocimientos necesarios, es decir, siendo médica ¡Vana ilusión! Murió Amalia Kenig algunos años después que obtuve el diploma anhelado”.

Completó su carrera en el plazo normal de seis años, a pesar de trabajar 8 horas diarias mientras realizaba sus estudios. Durante el transcurso de la misma, fue Ayudante del Laboratorio de Histología, al tiempo que realizaba la práctica hospitalaria en la Asistencia Pública.

Para lograr su ayudantía, escribió al entonces decano de la Facultad de Medicina Dr. Pedro Pardo diciendo: “Como el Sr. LLovet renuncia a su cargo de preparador de histología patológica, solicito se me nombre en su reemplazo. Todo el año me he dedicado a esa práctica y soy considerada una de las mejores alumnas en la materia”. Así fue que entre 1885 y 1888 se destacó como ayudante de histología en la Facultad.

Antes de terminar sus estudios de medicina, también comenzó a trabajar en el Hospital San Roque -hoy Ramos Mejía de la Ciudad de Buenos Aires-, donde se dedicó a la ginecología y obstetricia. Siempre supo combinar la asistencia y la enseñanza de diversos temas.

En 1886, fundó la primera escuela de enfermeras de Sud América, que fue oficializada por la Asistencia Pública en 1891.

Para sus alumnas de enfermería escribió el folleto: “Guía de la Enfermera”, y publicó “Primeros auxilios en casos de accidentes”. Más tarde, en 1897, publicó el texto “Masaje Práctico” a beneficio de la asociación de enferme­ras y masajistas que acababa de constituir.

Una mujer que supo ocupar espacios

Ya recibida de médica y con vasta experiencia, hizo uno de sus viajes a Europa, donde en París, realizó cursos de perfeccionamiento en ginecología y obstetricia y fundó, de vuelta en Argentina, en el 1900, la Asociación Obstétrica Nacional y, en 1902, la Escuela Técnica del Hogar, donde se dictaban cursos de economía doméstica y puericultura, con la idea de enseñar a las jóvenes “conocimientos útiles”.

En 1891 fue una de las fundadoras de la Asociación Médica Argentina y el 15 de abril de 1892 fundó la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios, que se ramificó a varios lugares del país y cuya enseñanza se hizo extensiva a varias instituciones, centros y reuniones, sobre todo, en barrios humildes. Fue miembro activo de la Cruz Roja, y de mu­chas otras instituciones benéficas y de educación. 

Cuenta Cecilia en sus memorias que esto le valió un curioso pergamino: ser miembro honorarioa de la sociedad «Bomberos Voluntarios de la Boca», así como ser socia ho­noraria del Club del Progreso de esta capital.

En 1892 colaboró con la realización de la primera cesárea que tuvo lugar en la Argentina y dos años después, en 1894, se presentó en el concurso para cubrir el cargo de profesor sustituto de la Cátedra de Obstetricia para Parteras.

El concurso fue declarado desierto, porque en aquellos tiempos las mujeres todavía no podían aspirar a la docencia universitaria. Así se refería Cecilia Grierson, al respecto: “Debo de­clarar que siendo médica diplomada, intenté inú­tilmente ingresar al profesorado de la Facultad, en la sección en que la enseñanza se hace sólo para mujeres. No era posible que a la primera que tuvo la audacia de obtener en nuestro país el título de médico-cirujano se le ofreciera alguna vez la oportunidad de ser médico jefe de sala, directora de algún hospital, o se le diera un puesto de mé­dico escolar, o se le permitiera ser profesora de la Universidad”.

En Europa también se interesó por los institutos de ciegos y presentó un informe que se publicó en el Boletín Oficial, del 1º de mayo de 1900, y en el Monitor de Educación Común, del 1º de junio de ese mismo año; además, trajo de las mejores instituciones, material de enseñanza para los ciegos, siendo también en esta temática, pionera en nuestro país.

Feminista internacional

En 1899, Cecilia Grierson participó como presidenta del Congreso Internacional de Mujeres que se realizó en Londres, lo que le permitió, un año después, fundar en nuestro país, el consejo de mujeres. Junto a la Asociación de Mujeres Universitarias, del cual fue cofundadora, impulsó el Primer Congreso Feminista Internacional de Argentina, en el cual se discutió la educación, la legislación del trabajo femenino, el abandono de los hijos y el sufragio universal.

“En el primer Congreso Femenino Internacional, reunido en nuestro país, agasajamos a las delegadas y concurrentes e hicimos conocer en el extranjero la acción de la mujer en la Ar­gentina, mediante la publicación en un volumen de los trabajos presentados y conclusiones vota­das en esa ocasión”.

La Dra. Cecilia Grierson falleció el 10 de abril de 1934. Dejó un legado inconmensurable en el campo de la educación y la medicina, pero, fundamentalmente, se la recordará porque supo ser una mujer adelantada para su época, que abrió y sigue abriendo caminos difíciles de transitar, aún hoy, para las mujeres.