Educación
Prácticas sociales educativas

LA FACULTAD DE AGRONOMÍA DE CARA A LA SOCIEDAD

lunes 29 de julio de 2024

A través de cinco prácticas sociales educativas, estudiantes de la Facultad de Agronomía trabajan, en el territorio, en la articulación de una serie de proyectos que contemplan diversos contenidos curriculares con necesidades y demandas de la sociedad.
 

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La Facultad de Agronomía de cara a la sociedad

El Programa de Prácticas Sociales Educativas (PSE) fue creado en la Universidad de Buenos Aires en 2010 y comprende la implementación de trayectos formativos en todas las Facultades de la UBA que, mediante espacios de enseñanza y aprendizaje, permiten la articulación de una serie de proyectos que contemplan diversos contenidos curriculares con necesidades y demandas de la sociedad.

En la Facultad de Agronomía (FAUBA) existen cinco PSE, la última recientemente aprobada por el Consejo Superior pero que, según cuenta Pablo Rush, secretario de Extensión de la FAUBA, “si bien, ahora están institucionalizadas como prácticas sociales educativas, este tipo de ejercicios por los cuales los/as estudiantes van a los territorios se vienen realizando desde los años 70. Primero como iniciativa de estudiantes y en los últimos años  como parte de las políticas de extensión de la Facultad”

“Estos viajes se hacían dos veces al año y se visitaban distintas provincias argentinas, cubriendo diferentes regiones como, por ejemplo, Santiago del Estero, Misiones, la Patagonia o el Delta, pero siempre con los/as estudiantes teniendo un rol protagónico en la organización”, recuerda Rush.

Todos los viajes requieren de un importante trabajo previo por parte de los/as estudiantes. Rush explica que “deben investigar el lugar adónde irán, cuál es la producción y su modelo, comprender las cuestiones sociales y organizacionales del territorio. Todo ello, conlleva unos dos meses antes de la práctica en sí”. 

Recientemente, el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires aprobó la quinta PSE de la Facultad, “Vivencias en Territorios Organizados del Movimiento Nacional Campesino Indígena”. Rush destaca la relevancia de esta práctica ya que “el Movimiento tiene presencia en diversas provincias argentinas, lo cual aporta diversidad de experiencias enriqueciendo la práctica”. 

Este año se trabajó junto a “Tucma”, organización que reúne familias de la agricultura familiar, campesina e indígena en Tucumán, con quienes los/as estudiantes conviven durante cerca de dos semanas ¿Cómo es la experiencia? Rush dice que “existe una instancia inicial que dura dos días en la cual son recibidos por la Organización qué les explica acerca de su producción, la metodología que usan y los resultados que obtienen”.

“Luego, los/as estudiantes, en parejas de dos personas, pasan a convivir con las familias y pueden ser testigos presenciales de cómo piensan y trabajan en la Organización. También visitan las sedes centrales. Entonces, tenemos casos donde conocieron las plantaciones, la cosecha, las cuestiones vinculadas al cuidado del ambiente y, también, la comercialización”, agrega Rush.

Para el secretario de Extensión de la FAUBA resulta trascendente “el aspecto vivencial de la práctica lo cual la diferencia por completo a un viaje de estudio. Aquí los/as estudiantes comparten almuerzos, cenas, picaditos con los/as niños/as, que van generando un vínculo de confianza, una integración, que les permite entender cómo las familias consideran las problemáticas productivas, ambientales y sociales abriendo así la oportunidad de pensar colaborativamente alternativas para mejora los procesos y los resultados”.

Un aspecto importante es que el viaje lo hacen estudiantes de diferentes carreras y tecnicaturas de la Facultad que aportan diferentes enfoques profesionales ¿Y cómo son recibidas esas sugerencias por parte de las familias y la Organización? Rush destaca que “la convivencia les permite abrirse al mundo universitario que, por ahí, a veces les resulta ajeno y pasan a considerar a los/as estudiantes como pares con quienes pueden tener intercambios de ideas y miradas sobre los desafíos productivos y organizativos”.

Finalmente, los/as estudiantes hacen un balance y regresan a Buenos Aires. donde, explica Rush, “elaboran una presentación audiovisual de la experiencia que presentan a sus compañeros/as y docentes y comparten con las familias completando así el círculo virtuoso del ida y vuelta”.

Entonces, llega el momento de preguntar ¿Cómo impacta esta experiencia en quienes viajan y en su formación académica? Rush dice que “empiezan a entender la problemática productiva y la ambiental desde otras miradas, desde la propia vivencia del otro. Traen incorporada una visión totalmente diferente a la que tenían antes de viajar porque tuvieron que enfrentar una realidad que, muchas veces, no resulta sencilla”.

“A veces tengo la oportunidad de dialogar con gente que alguna vez participó de esta experiencia y la mayoría coincide en el carácter formativo profesional de la misma. Y uno encuentra a esas personas que son referentes en sus lugares de origen, donde han podido trabajar en desarrollo rural organizando cooperativas o bien que están trabajando en el INTA en temáticas afines. Es por ello que, en general, en la FAUBA procuramos que las prácticas sociales se hagan lo antes posible”, agrega Rush.

En primera persona

Lalo Nieva, cacique de Amaicha del Valle, reflexiona “Que vengan aquí desde la Universidad de Buenos Aires a ver cómo sembramos con la luna, cómo cosechamos, cómo se corta un poste, es esperanzador. Estos encuentros son intercambios culturales. Aquí todos estamos nutriendo al otro de conocimientos y saberes”.

Maco Estebanet, estudiante de la FAUBA, dice que “cuando vamos a los territorios y vemos cómo los productores piensan, trabajan, la forma de resolver las problemáticas que se presentan de una manera integral, nos abre por completo la visión profesional. Es muy importante que en la carrera atravesemos estas instancias para aprender otras formas de transformar la realidad”.

Prácticas sociales que mejoran vidas

Esta práctica social ha tenido, a lo largo del tiempo, un impacto notable en la mejora de modelos de producción agrícola familiar mejorando la vida de muchas personas en el interior de nuestro país.

 Las PSE restantes son:

  • Economía Popular: Fortalecimiento de Emprendimientos Productivos Agroalimentarios".
  • “Derecho y Acceso al agua en Barrios de Esteban Echeverría”.
  • “Huertas Comunitarias y Agroecológicas en Barrios Vulnerados”.
  • “Generación de Capacidades y Competencias vinculadas al Desarrollo Territorial Turístico en Mercedes, provincia de Buenos Aires”,

Entre los  hitos que deben destacarse se encuentran:

En primer lugar, debe mencionarse que la archiconocida Feria del Productor al Consumidor, que funciona en la Facultad de Agronomía y que cumplió 11 años, es resultado de una práctica social educativa. Concurren 20 mil personas por fin de semana que visitan los 180 puestos de las cooperativas, con muchas familias detrás, que traen productos no solamente desde Buenos Aires si no, también, desde otras provincias argentinas como Corrientes, Salta, Misiones y Jujuy. 

“Hacemos un seguimiento de todos esos productores, nos vinculamos para saber qué hacen, entender cuáles son sus problemas, cómo podemos ayudarlos”, sostiene Rush. 

Otros resultados más que positivos, son enumerados por Rush “En barrios del partido de Esteban Echeverría se ha conseguido tener acceso a agua segura. Además, hemos puesto el foco de atención en evitar la pérdida de biodiversidad. En estos casos, se trabaja mucho en la restauración de pastizales en el bosque chaqueño, procurando garantizar que en las zonas donde todavía hay algo de bosque de quebracho este se preserve. En Tilcara, estamos multiplicando la producción de variedades de maíces que estaban en riesgo. Hemos ayudado a pequeños agricultores y horticultores del área urbana a solucionar los problemas de acceso a los mercados y que reciban un precio acorde a la calidad de su producción”.