Ciencia
IncUBAgro

Emprender desde la universidad

lunes 30 de octubre de 2023

La UBA favorece y acompaña a emprendedores que se inician en sus claustros ya sea como estudiantes, docentes o investigadores. Un caso es la incubadora de la Facultad de Agronomía, enfocada en ayudar a comercializar productos relacionados con el sector agropecuario, el ambiente y alimentos.

Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires

IncUBAgro es una iniciativa de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos cuya meta es desarrollar una cultura emprendedora vinculada al sector agropecuario. Apunta al ámbito universitario de estudiantes, graduados y graduadas y docentes, así como investigadoras e investigadores de la Facultad.

Integrada por un equipo interdisciplinario, desde hace 13 años busca promover y estimular el desarrollo, la implementación y la gestión de emprendimientos que busquen comercializar productos y servicios para el mercado regional, nacional e internacional.

“IncUBAgro se pensó inicialmente como una forma de acompañar a los estudiantes. Por eso se inició con una asignatura electiva que todos los estudiantes de la facultad la pueden cursar en el segundo cuatrimestre”, contó Mónica Francés, directora ejecutiva de IncUBAgro, y especialista en vinculación tecnológica. 

“La idea es brindar la posibilidad de que nuestros estudiantes puedan generar su propio trabajo, mejorar sus empresas familiares, o iniciar el camino hacia una propia”, agregó Francés. “Ofrecemos también un servicio de acompañamiento y asistencia a emprendedores de la Facultad. Ahora se acercan más los investigadores y nos dicen, tengo una idea, y ahí empezamos a indagar sobre el proyecto”. 

“Trabajamos con emprendimientos que tienen que ver con las temáticas formativas y de competencia de esta facultad. Trabajamos en emprendimientos que tengan que ver con lo agronómico, con el ambiente y con alimentos”, comentó Francés. 

Una incubadora es una instancia de acompañamiento, de asesoramiento y de asistencia a posibles proyectos emprendedores. Los ayudan a ver si cuentan con un producto mínimo viable, cuál es el cliente, el mercado. No financian, sino que ayudan a los emprendedores a conseguir acceso a líneas de financiación.

Cuando se acercan a ellos desde un equipo de investigación, se los ayuda a que puedan proteger su desarrollo mediante una licencia o una patente, que a la vez sirve para poder comercializar mejor. La UBA ayuda en eso desde la Secretaría de Ciencia y Técnica de Rectorado, y una vez patentado por la UBA, la Universidad recibe regalías al mismo tiempo que el equipo de investigadores que gestaron el desarrollo.

“Una vez que se cuenta con la propiedad intelectual sobre unos resultados se pueden licenciar. Es decir, se puede ceder ciertos derechos a una empresa que comercialice el logro que los investigadores alcanzaron en laboratorio, por ejemplo”, explicó Francés. 

Un caso de ejemplo es el de Guardar, un biocarbón con nanotecnología que puede remover el 100% del arsénico en aguas contaminadas. Un problema acuciante en muchas regiones del país. El arsénico en agua es un problema para 14 provincias de Argentina.

El biocarbón fue desarrollado por un equipo de investigadoras e investigadores de la facultad, y fue ganador de muchos premios, entre ellos la mejor tesis doctoral. 

Lo novedoso del desarrollo les permitió ganar también muchas instancias de financiamiento nacional e internacional. Esto a la vez los ayudó a entablar alianzas con laboratorios de Estados Unidos para comercializarlo. 

El biocarbón se hace a base de cañas de descarte de bambú nativo de Argentina. Al biocarbón sintetizado se lo impregna con nanopartículas de hierro, lo que lo transforma en un filtro de arsénico para el agua totalmente fiable.

Fue desarrollado por un equipo multidisciplinario de expertos y expertas en ciencias ambientales, biología, botánica, farmacia, diseño industrial, agronomía, y diseño gráfico.

Otro caso de éxito de IncUBAgro es el de la empresa de base tecnológica Woke, que se dedica a la ingeniería genética de semillas. Arrancaron previo a la Pandemia de COVID19 con un investigador acercándose a la incubadora a consultar sobre cómo comercializar los resultados de su investigación. 

Allí lo ayudaron a armar un plan de negocios, a proteger los resultados de sus estudios mediante una patente, y a conseguir financiamiento. 

WOKE desarrolló una tecnología que permite optimizar el crecimiento y mejorar el rendimiento de diversos cultivos. Esto se logra mediante la ingeniería genética, es decir, encender o apagar genes en las plantas que actúan sobre su respuesta a la luz solar, que a la vez incide en el crecimiento. 

IncUBAgro ha trabajado, y lo sigue haciendo, con diversos equipos de investigación, pero también lo hacen con estudiantes y sus familias. “Trabajamos mucho con lo que es economía social”, comentó Francés. 

“En la facultad tenemos la feria del productor al consumidor que se hace todos los segundos fines de semana de cada mes. Son productores de alimentos y también de algunos textiles. Si bien es una feria de venta, muchas veces nos consultan y los asesoramos sobre estrategias de negocio. Así es que podemos ir desde los desarrollos más complejos a los más sencillos, aportando el conocimiento de la universidad a la sociedad”, concluyó Francés.