La física, asociada al estudio de los átomos o del universo, puede ayudar y participar en el trabajo diario de todo tipo de empresas, desde bancos, informática, economía, hasta el área de la salud o el servicio meteorológico. La UBA cuenta con el espacio DF Innova para vincular a las y los egresados de física, con las necesidades de las empresas.
La física en la predicción del clima
Cuando se habla de física, la mayoría tiende a pensar en lo diminuto, los átomos, o en lo descomunal, los planetas y las estrellas. Pero la física no sólo es útil para estudiar y explicar la naturaleza, sino que puede aplicarse para resolver problemas que surgen en el ámbito de empresas que necesitan procesar gran cantidad de datos.
Es sorprendente que un banco o una empresa que hace asesoría en finanzas, contrate físicos entre sus empleados. Algo similar ocurre en empresas que usan grandes cantidades de datos para asesorar a otras empresas en la toma de decisiones, o con compañías que venden paquetes de turismo online, o que hacen logística.
Sin embargo, estas empresas, suelen enfrentar problemas que para un físico son naturales y pueden resolver. Como ejemplo, cabe mencionar a Paola Rodriguez Imazio, Manuela Gabriel y Pablo Polosecki, egresados de la UBA, que trabajan en Servicio Meteorológico Nacional, en Globant y en IBM, respectivamente.
Cerca del 50 % de los físicos del país se forman en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, por eso el Departamento de Física decidió crear el espacio DF Innova, desde el que buscan, no sólo mantener un vínculo constante con graduados y graduadas, sino ayudar a crear y fortalecer el vínculo y mejorar las posibilidades en el ámbito privado empresarial.
Física en las empresas
“DF Innova es un espacio en el Departamento de Física que busca generar un diálogo más fluido con el sector productivo, y especialmente con empresas que en los últimos años comenzaron a contratar muchos graduados de nuestra carrera”, contó Pablo Mininni, que es profesor de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, e investigador principal UBA/Conicet.
“Desde el crecimiento de la ciencia en Argentina a fines de los 50s, hay un deseo por transferir conocimiento y por tener empresas en el país que tengan departamentos de investigación y desarrollo que puedan tomar a nuestros graduados”, dijo Mininni.
“Siempre existió un grupo de empresas (siderúrgicas, petroleras, empresas que trabajan en óptica o materiales) e instituciones del Estado que tomaban físicos. Pero en los últimos años esto explotó con empresas que necesitan procesar gran cantidad de datos, que tiene otros problemas interesantes y desafiantes para los físicos, y que toman muchos recursos humanos”, agregó Mininni.
DF Innova busca hablar con estas empresas, contarles qué perfil tienen los graduados y graduados en física de la UBA, y conseguir que los departamentos de recursos humanos los busquen. Al mismo tiempo, entablar un diálogo entre la universidad y los y las graduadas para mantener el vínculo. Para ello generan actividades y reuniones con empresas del sector de la llamada economía del conocimiento.
“La economía del conocimiento engloba actividades que para producir bienes o servicios requieren conocimiento tecnológico o científico específico”, explicó Mininni. “Esto incluye empresas que fabrican tecnología de punta como la industria satelital, pero también las que fabrican bienes menos tangibles como software, o que brindan servicios de logística, o de asesoría financiera”.
Estas empresas generan un porcentaje importante de las exportaciones en Argentina, y están en crecimiento, con muchas posibilidades en el presente y a futuro. Es un sector en el que la investigación juega un rol importante.
“Puede costar imaginarlo, pero para vender productos por internet, vender pasajes de avión en forma masiva, o para armar un servicio de delivery a nivel nacional, hay que procesar muchos datos, identificar tendencias, adelantarse. Y para eso el modelado de estos problemas es importante. Y ahí entran los físicos, junto con matemáticos, computadores científicos, y otras profesiones”, aclaró el físico.
El trabajo de un físico
“La formación de un físico empieza en el laboratorio, midiendo, curando datos, aprendiendo a identificar comportamientos, y generando modelos para esos datos”, explicó Mininni. “Eso permite que un físico trabaje en ámbitos que pueden parecer sorprendentes. Además del mundo de la investigación, tradicionalmente trabajan en la industria del petróleo, en física médica, óptica, en empresas que trabajan creando y comercializando nuevos materiales, en centrales nucleares, o en la industria satelital”.
“Pero la formación sobre cómo curar y modelar datos abre las puertas a otras áreas. Ámbitos que crecieron en los últimos años, y que además tienen problemas interesantes para los físicos. Por ejemplo, el sector financiero, especialmente en lo que se llama “quant” o análisis cuantitativo en finanzas, usa muchas herramientas de física para gestionar activos, evaluar riesgos en inversiones, fijar precios, o para hacer trading. Eso incluye el modelado estocástico y la mecánica estadística, algo que los físicos aprenden para entender cómo se comportan los gases. Son problemas divertidos para nuestros graduados”, comentó el físico.
Una física para la salud
Un ejemplo de esto es Manuela Gabriel, doctora en física de la UBA, que aplica sus conocimientos para entender la dinámica de un virus como el dengue en Globant, empresa tecnológica argentina, ubicada entre las 10 más importantes del mundo.
“En mi trabajo desarrollamos modelos de inteligencia artificial para aplicar en el área de la salud”, contó la física. “Puede ser para aplicaciones de diagnóstico por imágenes o análisis de grandes volúmenes de datos médicos de las historias clínicas digitales. También en herramientas que colaboren en el día a día de un médico. para agilizar algunas tareas o incluso algoritmos que ayuden a optimizar procesos de un hospital, una compañía farmacéutica, etc”.
“La física no se aplica de forma directa”, explicó. “Hoy en día, muchos físicos se dedican a lo que se conoce como ciencia de datos, porque en nuestra formación académica aprendimos a modelar un problema, a optimizar, buscar una solución matemática o predecir el comportamiento de un sistema”.
“Hay casos específicos en los que te podés encontrar con un problema de la industria cuya solución sea similar a la de un problema de física. Por ende, hay ecuaciones o modelos físicos que se pueden usar para resolverlos”, agregó.
Manuela Gabriel se decidió a estudiar física por su afinidad a las matemáticas. “Mi papá me preguntó una vez qué quería aprender, y yo le dije que quería entender cómo funciona todo, ahí fue que me sugirió que estudiara física, y fue una gran decisión”, explicó Gabriel.
“Cuando terminé la licenciatura, que son más o menos 5 años, se me dio la oportunidad de hacer un doctorado en el área de la biofísica, donde aplicábamos técnicas ópticas al estudio de sistemas biológicos”, contó.
“Luego de un artículo que salió en La Nación, sobre un trabajo científico con nuestros descubrimientos en la dinámica con la que se mueve una proteína del virus del dengue en el proceso de infección, me contactaron de la empresa donde trabajo ahora. Globant estaba comenzando un área nueva de Ciencias de la Vida con el objetivo de impulsar la innovación tecnológica en el área de la salud con un fuerte foco en inteligencia artificial”, cerró Gabriel.
Un físico en IBM
Otro ejemplo en las empresas es el de Pablo Polosecki, doctor en física que trabaja en el gigante informático IBM. Estudió en la UBA, e hizo su licenciatura trabajando en neurociencia cognitiva. “Me gustó lo de las neurociencias y me fui a hacer el doctorado en Estados Unidos, en la Universidad de Rockefeller, en un laboratorio que estudiaba el reconocimiento de rostros y la atención visual”, contó Polosecki.
“Así fue que durante mi doctorado comencé a familiarizarme con técnicas de machine learning, informática, y la combinación con su aplicación en neurociencias, un tema que me empezó a interesar cada vez más”, agregó el físico. “Entablé contacto con Guillermo Cecchi que es un científico argentino que trabaja en IBM, y me fui a hacer un posdoctorado en industria unos 3 años, y eventualmente me ofrecieron que me una como investigador permanente”.
“La transición de la academia a la industria fue bastante suave, en mi caso, porque la verdad es que siento que el trabajo que hago hoy en día se parece mucho al que haría alguien en un campo similar en la academia”, explicó Polosecki. “Tiene sus diferencias, por supuesto, porque el sistema de financiamiento es diferente. Otra diferencia, tal vez, es que uno suele pensar en resolver problemas que resulten prometedores para la industria. Las prioridades, de algún modo, se ven moderadas con esa visión”.
“En particular”, aclaró el científico, “yo estudio un conjunto de condiciones psiquiátricas y neurológicas como pueden ser psicosis, esquizofrenia, demencias, etc, e incluso dolor crónico de espalda. Mi trabajo es totalmente computacional, solemos analizar datos que nos proveen colaboradores o clientes. A partir de ellos hacemos modelos matemáticos predictivos de machine learning. Se relaciona con mi educación como físico porque el aparato conceptual que utilizamos, que van desde elementos de sistemas dinámicos, redes complejas y estadística, vienen de la física y que después también aprendí y desarrollé durante mi doctorado”.
Una física estudiando la atmósfera
El caso de Paola Rodriguez Imazio está más relacionado con la academia, ya que es investigadora de CONICET, pero con lugar de trabajo en el Servicio Meteorológico Nacional. Desde su tesis de licenciatura, y también durante el doctorado, Paola trabajó estudiando el comportamiento de gases y aerosoles de la atmósfera, lo que se conoce como dinámica de escalares pasivos en flujos turbulentos, en física. Para ello tuvo un fuerte componente de programación en diversos lenguajes computacionales, y el uso de datos de simulaciones numéricas.
“Cuando terminé mi doctorado me fui a trabajar en una instancia posdoctoral a la Ècole Normale Supèrieure de París”, contó la física. “En este caso, si bien el problema también lidiaba con la dinámica de flujos turbulentos, y también usando datos de simulaciones numéricas, se trataba de un problema más aplicado a la industria: el flujo turbulento y el desarrollo, no deseado, de inestabilidades dentro de una bomba electromagnética. Este tipo de dispositivos se utilizan como máquinas refrigerantes en la última generación de reactores nucleares, reactores ecológicos”.
“Esta instancia fue tan enriquecedora como mi doctorado. Trabajar en un grupo diferente, tanto a nivel cultural, como temático, inmerso en un sistema científico también distinto al nuestro”, agregó Rodriguez Imazio. “Esto me brindó perspectiva, además de conocimientos científicos. A esta altura ya había gestado el concepto de que los científicos podemos hacer un montón de cosas interesantes, no sólo dentro de la academia, sino también en el ámbito privado y dentro del Estado. El entrenamiento sobre cómo armar modelos, analizar muchos datos, es ideal”.
“Mi amor por los flujos turbulentos y mi entrenamiento en el modelado numérico de estos sistemas y en la computación de alta performance, me llevaron a considerar al Servicio Meteorológico Nacional como un lugar en el que podría desarrollar mi potencial como investigadora, aportando a problemas de aplicación directa. A principios del 2018 volví de Francia gracias a una beca de reinserción del CONICET, y con dos integrantes más en la familia”, relató Paola.
“Mis tareas están repartidas entre la investigación y las tareas operativas relacionadas con el supercómputo”, continuó la física. “Como investigadora, mi trabajo está relacionado con la dinámica de la atmósfera en la región antártica. En particular, el transporte y la difusión de gases traza, de gran interés en el contexto del cambio climático”.
“Mi consejo para estudiantes”, cerró Pablo Polosecki, desde su experiencia “es que aprovechen el período de formación universitaria para aprender toda la matemática que puedan, porque cuando uno es más grande y está tratando de hacer trabajos más puntuales y concretos, casi que no hay tiempo para aprender más matemática. También que aprovechen la licenciatura y el doctorado para relacionarse con la mayor cantidad de colegas posibles, para buscar afinidades y que se abran nuevas oportunidades. Cuando uno hace eso de manera activa encuentra que hay un millón de formas de hacer algo muy interesante dentro de la industria”.