Se viene observando un aumento constante de casos de sífilis en el país desde 2015, principalmente entre los jóvenes de entre 20 y 29 años. En el Hospital de Clínicas de la UBA funciona un laboratorio con tecnología de punta, donde se vienen realizando novedosos aportes a esta problemática, que si bien no es mortal, puede causar graves problemas de salud.
Equipo del Laboratorio de Inmunología y Virología Clínica del Hospital de Clínicas, dirigido por el doctor Marcelo Rodríguez Fermepin
Cada año, se estima que 374 millones de personas contraen ETS curables como la clamidiasis, la gonorrea o blenorragia, la sífilis y la tricomoniasis, según la OMS. Actualmente, más de 30 microorganismos diferentes (bacterias, virus y parásitos) se transmiten por contacto sexual. Algunas ETS también pueden transmitirse durante el embarazo, el parto y la lactancia.
En Argentina los casos vienen subiendo de forma acelerada desde 2015, según un informe especial sobre sífilis del Boletín Epidemiológico Nacional. Si bien hubo un descenso durante los años de la Pandemia de COVID-19, desde 2022 los casos retomaron el alza constante que preocupa a los expertos.
En 2022 hubo 26 mil casos, con una tasa de notificación que superó los 58 casos por cada 100 mil habitantes. Para 2023 los casos fueron 32 mil, y la tasa llegó a 69. En lo que va de 2024 se ven números ligeramente inferiores a 2023, pero sigue preocupando que prolifere entre los jóvenes. La mayoría de los casos se observan entre la población de 25 a 24 años, seguidos de las franjas de 25 a 29 y 30 y 34.
El Laboratorio de Inmunología y Virología Clínica del Hospital de Clínicas, dirigido por el doctor Marcelo Rodríguez Fermepin, recibe y estudia muestras de suero para la detección de anticuerpos para enfermedades infecciosas que incluyen al HIV, Sífilis, Hepatitis B y C. También analiza muestras genitales para detectar la presencia de estos microorganismos utilizando técnicas de laboratorio avanzadas, siendo éste un laboratorio de vanguardia.
Rodríguez Fermepin destaca que “el Hospital de Clínicas sostiene desde hace décadas un Programa de ETS, pionero en Latinoamérica, que trabaja conjuntamente con el Laboratorio de Inmunología y Virología Clínica en diversos proyectos. La mayoría de esos proyectos están centrados en poblaciones clave: adolescentes y jóvenes, además de mujeres jóvenes embarazadas y varones que tienen relaciones con varones, entre otros.
¿Qué suelen encontrar? Rodríguez Fermepin detalla que “además de muchos casos de sífilis se diagnostica Chlamydia trachomatis, Linfogranuloma venéreo (LGV) y, ahora, Mycoplasma genitalium gracias a la incorporación de tecnología que permite hacerlo”.
Investigaciones de vanguardia
Gracias al trabajo de este Laboratorio utilizando biología molecular, en agosto de 2018, el Ministerio de Salud, emitió una alerta por la aparición de 33 casos de Linfogranuloma venéreo en un periodo de 11 meses, sin existencia previa de casos en Argentina.
La alerta recomendó a los equipos de salud, sensibilizar la sospecha clínica, procurando el diagnóstico etiológico de los casos; implementar el tratamiento adecuado, la notificación a través del Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud y el control de contactos.
Si bien la LGV no es mortal, puede causar graves problemas de salud si no se trata a tiempo, ya que “la bacteria, al continuar infectando, produce inflamaciones dolorosas de los ganglios inguinales, llamadas bubones, que pueden derivar en zonas de necrosis”, explica Rodríguez Fermepin.
El laboratorio también está llevando a cabo una investigación innovadora que secuencia el genoma completo de la bacteria Chlamydia trachomatis. Este estudio podría confirmar la existencia de una nueva cepa de LGV originaria de Argentina. En la actualidad, se conocen los serotipos L1, L2, y L3. Sobre el nombre que podría recibir la cepa descubierta, Rodríguez Fermepin piensa que “podría ser L1 Buenos Aires, ya que guarda similitudes con L1, o directamente L4”.
Este descubrimiento abre nuevas puertas y posibilidades de investigación. “Será posible realizar estudios para comprobar la evolución de la cepa, si las infecciones son más leves o más graves, si tiene mayor grado de transmisibilidad, su resistencia a los antibióticos. Son preguntas que surgen a partir de estos resultados y que constituyen la base de la ciencia porque cuando hay un resultado siempre hay una pregunta nueva”, asegura Rodríguez Fermepin.
La epopeya en la pandemia
En la noche del jueves 19 de marzo de 2020, el Poder Ejecutivo Nacional decretó la aplicación del Decreto 297/20 para todo el territorio nacional que establecía el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) ante la pandemia de Covid-19.
Al otro día el Laboratorio de Inmunología y Virología Clínica comenzó lo que sería una verdadera epopeya. Rodríguez Fermepin evoca ese momento con emoción y orgullo “Se comenzó a diagnosticar cuando no se sabía, realmente, si la gente que se contagiaba se moría, si habrían o no vacunas, cuándo. Ante una situación tan crítica el Laboratorio, el Hospital y la UBA respondieron con rapidez y precisión”.
Rodríguez Fermepin recuerda que “En nuestro laboratorio había un equipo de bioquímicos, técnicos y administrativos que trabajaba desde muy temprano en la mañana hasta las 11 de la noche. Hubo gente que no aguantó más y el Hospital contrató a más personal para, una vez más, hacer frente a la emergencia. El Director tuvo siempre la puerta abierta. Las cosas funcionaron bien porque el equipo de gente que hay en el hospital está comprometido”.
En retrospectiva, Rodríguez Fermepin ve a la pandemia como una historia que podrá contarles a sus nietos: como profesionales formados en virología, gracias a una sociedad que sustenta la universidad pública, estuvieron al pie del cañón cuando hubo una pandemia viral, trabajando de lunes a lunes y aportando sentido al Orgullo UBA.